Este año sólo he hecho un dibujo... y con rotulador. Tomo aire para un nuevo asalto...
Las dificultades de pintar la cala.
Creo que en lo que busco no hay
mística. Debe haber acuarelistas que resuelvan bien el problema y
que, en cuanto al nivel de detalle lo hagan como me gusta, no sólo
con las cuatro manchas de impresión global. Creo que no es un
problema de sensibilidad artística con la naturaleza, ni de
material, ni de penetración en el misterio, ni de dibujo en mi caso,
sino que es sólo un problema técnico que no he resuelto bien. Si
viera una acuarela de esa zona que me convenciera estoy seguro que
tomaría buena nota de los recursos del procedimiento y, sin dejar
de seguir el propio camino, eso atajaría la solución bastante.
La dificultad de pintar la cala
Mosques, como un ejemplo típico de estas calas rocosas de la zona de
la Ametlla de Mar viene de sus tres elementos, cada uno dando
problemas por separado y luego añadiendo el problema de la armonía
del conjunto. Los tres elementos, dispuestos como tres estratos, son
mar, roca y pinos.
El mar es el más evidente. Si pintas
del natural nunca sabes qué pintas. Los colores, reflejos, agitación
del agua y olas, la espuma, cambian de manera espectacular. La luz
cambia por el sol pero también por el movimento del mar y por la
profundidad del suelo de la cala, las algas, etc. Si el día es
inestable, con nubes, la cuestión directamente es de inventarlo
todo. Sobre las 19 h., que suele ser cuando ya voy manchando el
papel, inequívocamente veo una zona de agua radiante que pide un
verde pftalo brillante, y pocos metros más allá un violeta oscuro.
Pero a los cinco minutos la cosa ya ha cambiado. E così via. La
solución de usar una foto es que suele matar de raíz la vida de la
cala y lo que acabo pintando simplemente parece una foto. Sobre este tema, hoy lo dejamos.
Las rocas, por su parte, están
quietas, o eso parece. El problema de las rocas es que al
observarlas... las ves !... y al verlas descubres
que tienen formas fascinantes, intrincadas; tienen recovecos,
salientes, conglomerados, rayas, crustáceos, algas... descubres que
tienen colores diversos... que las sombras que proyecta el sol
cambian también a cada momento. También inequívocamente veo zonas
de unos tierras casi bermellones (típicos de la zona) y unos sepias
verdosos en la parte inferior, la que el agua del mar cubre y se
llena de diminutos caparazones... un oscuro intenso que súbitamente
contrasta con la blancura de la espuma. No puede ser que dejes pasar
todo eso, que dejes eso tan hermoso sin pintar... Resultado: llevas quince minutos dibujando formas imposibles sin atreverte a
perder ninguna.. y la acuarela como cuadro anda
delirando.
En cuanto a los pinos mediterráneos
que llegan hasta la roca, empiezo a ver por dónde dominar la
exuberancia de la forma. La masa vegetal del pinar es una sola masa
que hay que distribuir en niveles y en paquetes. Pero por el lado del
color la cosa se complica: la impresión que tienes in situ es de un
verde brillante, que refulge al sol de la tarde hasta dorar todas las
copas... Pero la parte oscura es muy gris, muy contrastada... ¿qué
se ve realmente cuando uno cree ver verde pino? ¿El dorado y el
gris? En los dos últimos cuadros, terminados en casa, he intentado
manejar diversas técnicas para resolver la cuestión de la forma
(primera capa general en mojado, algún degradado suave remojando
después, pincel seco)... en cuanto al color, sigo probando: el
penúltimo va con ocre amarillo, el último con tierra siena natural,
ambos mezclados con verde pftalo (el del agua) o con hooke... Y para
las sombras, colores oscuros mucho más sucios... quizás no sea el
camino. En fin, seguir probando.
Y finalmente, la cuestión es el
conjunto: has mirado con (demasiada) atención el mar, has mirado con
(demasiada) atención las rocas, quizás no tanta los pinos... y has
perdido de vista la cala que debería parecer un organismo que late
al compás del mar. Es claro que la solución puede pasar por entonar
todo al principio con algún color unificador, usar los mismos colores
para los tres elementos... y no dejar de mirar nunca el conjunto
cuando dibujas y sobre todo cuando pintas. Aquí está el "misterio"
de la práctica y lo que no se enseña en ningún tutorial: ese saber
que va guiando tu mano, no siempre conscientemente, y que te dice:
"basta aquí", "un poco más allá", "no
tanta agua" "seca un poco esto...". O sea pintar,
vamos.
El problema global que se plantea es
conseguir un engaño efectivo que restituya una impresión verdadera
que has tenido delante de la naturaleza. El engaño a veces es
trabajoso, a veces "simple" como insisten en decir los
buenos acuarelistas en los vídeos... pero sospecho que lo simple se
adquiere después de mucho trabajo. Sospecho que los buenos
acuarelistas no sueltan su saber si no haces las preguntas adecuadas
a sus acuarelas, no a ellos. Sospecho que lo difícil es hacer las
preguntas adecuadas a las acuarelas, pero que cuando lo consigues,
éstas responden con facilidad. Para cuando lo consigues, a lo mejor
ya ni te hace falta seguir haciendo preguntas.
Continuará en años sucesivos.