Cala Mosques, Agosto 2012 (papel Arches) |
(Sucede como en un extravagante poema de Christian Morgenstern que tradujo hace años José María Valverde:
Palmario, acompañado de un tal señor Von Korf,
va hacia un pueblo extranjero que se llama Ruhmkorf.
Pero al llegar allí no puede entender nada,
ni comprende una sola palabra pronunciada.
También Von Korf (que al pueblo a Palmario acompaña
a causa de la rima solamente) se extraña.
Pero eso justamente le llena de placer
y nuestro amigo está muy contento al volver.
Y anota en su cuaderno, en el fin de semana:
"¡Otra gran experiencia, sabrosa y soberana!"
También yo, como Von Korf, he ido allá a "causa de la rima solamente", o más bien aquí, por la necesidad de repetir la música (la rima) que crea el propio blog, y a pesar de que, como él, no entienda muy bien dónde va a parar todo esto del blog. Pero también, como él, encuentro que la experiencia ha sido sabrosa y soberana...)
En los comentarios del año pasado había buenas ideas. Ricardo Azkargorta celebraba los progresos de los diez años pero echaba a faltar algo de descontrol. Carlos Leon Salazar sugeria que la clave es a veces dejar fuera algo -aunque cueste. Ambas observaciones tenían un aire de familia: demasiado control, demasiada fidelidad. Con Fernando Pena y con Joshemari, el debate siguió sobre esto mismo: qué omitir, cómo soltarse. No me quedó claro -aunque lo intenté averiguar- si a Carlos Leon realmente le resultaba doloroso "dejar algo" fuera, pero he ido observando que a mi sí, mucho. Por otro lado proponerse ser más descontrolado tiene algo paradójico, ¿no? Las observaciones son buenas, las incorporas y sigues tu camino sin forzar.