La envidia (Papel Meirat hecho a mano) |
- Comentario
No hay envidia sin otro, y ésta es la dificultad del cuadro, donde los objetos no deberían estar reunidos sino observándose.
Para la envidia usé una imagen repetida en los bodegones holandeses del XVII, el limón medio pelado que muestra al espectador su fruto ácido y media monda colgando. Pieter Claesz tiene esta naturaleza muerta de 1633. Pero sobre todo, es Willem Kalf quien lo usa repetidamente en diversas naturalezas muertas de la década de 1660 y Jan Davidsz de Heem en unos cuantos de sus bodegones -y aun hay otros artistas. - Esta fruta a medio pelar podía simbolizar, en el contexto de una vanitas, "la vida, dulce en apariencia pero de sabor amargo".
En mi propuesta, sin olvidar esta referencia a la acidez y/o amargura, buscamos un sentido nuevo: ambos frutos exhiben mútuamente su pulpa sin piel. Y también, por decirlo con una expresión castellana, el limón "no tiene nada que pelar" con la otra fruta tropical, más grande, dulce y exhuberante. Finalmente, en español, la envidia es verde. - Creo que el resultado suaviza mucho la crudeza de la envidia que es un sentimiento destructivo -a veces se identifica con la destructividad misma. Al final a las dos frutas les espera la misma suerte...